Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el senador republicano Joseph McCarthy llevó adelante una de las más famosas persecuciones contra los simpatizantes del comunismo en suelo norteamericano. Con el objetivo de descubrir a agentes soviéticos encubiertos, se persiguió a políticos, actores, periodistas e intelectuales. Esta "caza de brujas" incluyó denuncias, listas negras y procesos judiciales irregulares, en una época en la cual la población de Estados Unidos se volvía cada vez más conservadora.
La Segunda Guerra Mundial llegaría a su fin luego de quedar aniquilada la Alemania nazi de Hitler, gracias al accionar conjunto de los Aliados, pero principalmente de la Unión Soviética y de los Estados Unidos. Paradójicamente, estas dos potencias, que en algún momento combatieron al mismo enemigo, a partir de la década del 50, comenzarían una larga disputa que muchas veces estaríaa punto de terminar en una nueva guerra de carácter global.
En este contexto de "Guerra Fría" (como se llamó a este período de enfrentamiento entre la URSS y EE.UU.), las disputas no fueron solamente de carácter militar, sino que también existieron combates territoriales y económicos, por ejemplo. Incluso aún antes de la década del 50, durante los años de la Segunda Guerra Mundial, y sobretodo ante el miedo de un avance de la comunista Unión Soviética de Stalin, la diferencia que subyacía en el fondo del conflicto era ideológica. Comunismo y capitalismo; Oriente y Occidente; URSS y EE.UU.
Los Estados Unidos estaban equipados para contener cualquier ataque de quienes consideraba sus acérrimos enemigos. Sin embargo, había algo que escapaba de los radares militares: las ideas. Y eso era fundamentalmente lo que se decidió a combatir el senador Joseph McCarthy. Todavía el Muro de Berlín no existía, pero este político de Wisconsin ya se lanzaba a intentar frenar todo pensamiento distinto mediante una pared de denuncias, listas negras y procesos judiciales irregulares.
En este contexto de "Guerra Fría" (como se llamó a este período de enfrentamiento entre la URSS y EE.UU.), las disputas no fueron solamente de carácter militar, sino que también existieron combates territoriales y económicos, por ejemplo. Incluso aún antes de la década del 50, durante los años de la Segunda Guerra Mundial, y sobretodo ante el miedo de un avance de la comunista Unión Soviética de Stalin, la diferencia que subyacía en el fondo del conflicto era ideológica. Comunismo y capitalismo; Oriente y Occidente; URSS y EE.UU.
Los Estados Unidos estaban equipados para contener cualquier ataque de quienes consideraba sus acérrimos enemigos. Sin embargo, había algo que escapaba de los radares militares: las ideas. Y eso era fundamentalmente lo que se decidió a combatir el senador Joseph McCarthy. Todavía el Muro de Berlín no existía, pero este político de Wisconsin ya se lanzaba a intentar frenar todo pensamiento distinto mediante una pared de denuncias, listas negras y procesos judiciales irregulares.
EL "MACARTHISMO": LA CAZA DE BRUJAS
McCarthy fue senador republicano por el estado de Wisconsin entre 1947 y 1957. Se propuso erradicar cualquier influencia de pensamiento comunista o pro soviético en suelo norteamericano. A la "caza" de agentes soviéticos encubiertos y también de simpatizantes del comunismo, se persiguió a periodistas, políticos, actores e intelectuales. El comunismo, en la visión de McCarthy, debía ser eliminado.
Los sectores que repudiaban este accionar y que denunciaron el proceso llamaron a este período la "caza de brujas". En 1953, el dramaturgo Arthur Miller escribió su famosa obra “Las brujas de Salem” inspirado en estos episodios.
McCarthy fue uno de los principales hombres detrás del Comité de Actividades Antiamericanas, el cual nunca integró oficialmente, pero organizó y dirigió desde detrás de escena. El Comité estaba a cargo de perseguir cualquier clase de actividad "antiamericana", y fue justamente McCarthy quien, desde el Senado, proclamaba cuáles debían ser los valores del ciudadano norteamericano y cuáles no. Así, se reveló como uno de los personajes más conservadores de la historia de la política estadounidense.
COLABORADORES Y SOSPECHOSOS
Ronald Reagan, quien fue un reconocido actor y luego presidente de los Estados Unidos, y Walt Disney, creador de caricaturas como Mickey Mouse; fueron dos de los más famosos colaboradores del Comité de Actividades Antiamericanas. Ambos comparecieron como testigos y culparon de los conflictos sindicales de los trabajadores de Hollywood a supuestos comunistas infiltrados.
En su declaración ante el Comité, cuando a Disney se le preguntó si trabajaba para él algún comunista o fascista, su respuesta resume su pensamiento: "no, actualmente, creo que todos los empleados de mi estudio son 100% americanos". Este tipo de respuesta demuestra la percepción de la población en ese entonces. Considerar al "otro", a quien pensaba distinto, no ya como un norteamericano, sino como un extranjero, simpatizante del enemigo comunista.
El actor y director inglés Charles Chaplin fue uno de los tantos que sufrió la persecución del gobierno norteamericano. En 1947, recibió numerosas críticas por su obra "Monsieur Verdoux" y se lo acusó de ser un comunista. En 1952, se le prohibió la entrada a los Estados Unidos.
Los sectores que repudiaban este accionar y que denunciaron el proceso llamaron a este período la "caza de brujas". En 1953, el dramaturgo Arthur Miller escribió su famosa obra “Las brujas de Salem” inspirado en estos episodios.
McCarthy fue uno de los principales hombres detrás del Comité de Actividades Antiamericanas, el cual nunca integró oficialmente, pero organizó y dirigió desde detrás de escena. El Comité estaba a cargo de perseguir cualquier clase de actividad "antiamericana", y fue justamente McCarthy quien, desde el Senado, proclamaba cuáles debían ser los valores del ciudadano norteamericano y cuáles no. Así, se reveló como uno de los personajes más conservadores de la historia de la política estadounidense.
COLABORADORES Y SOSPECHOSOS
Ronald Reagan, quien fue un reconocido actor y luego presidente de los Estados Unidos, y Walt Disney, creador de caricaturas como Mickey Mouse; fueron dos de los más famosos colaboradores del Comité de Actividades Antiamericanas. Ambos comparecieron como testigos y culparon de los conflictos sindicales de los trabajadores de Hollywood a supuestos comunistas infiltrados.
En su declaración ante el Comité, cuando a Disney se le preguntó si trabajaba para él algún comunista o fascista, su respuesta resume su pensamiento: "no, actualmente, creo que todos los empleados de mi estudio son 100% americanos". Este tipo de respuesta demuestra la percepción de la población en ese entonces. Considerar al "otro", a quien pensaba distinto, no ya como un norteamericano, sino como un extranjero, simpatizante del enemigo comunista.
El actor y director inglés Charles Chaplin fue uno de los tantos que sufrió la persecución del gobierno norteamericano. En 1947, recibió numerosas críticas por su obra "Monsieur Verdoux" y se lo acusó de ser un comunista. En 1952, se le prohibió la entrada a los Estados Unidos.
EL FINAL DE MCCARTHY
En 1954, McCarthy fue censurado en el Congreso de EE.UU. por "conducta impropia de un miembro del Senado", debido a su accionar y a la manera en cómo arremetía ante los sospechosos de ser infiltrados comunistas. McCarthy continuaría en su cargo unos años más, pero moriría a la temprana edad de 48 años, víctima de cirrosis y hepatitis.
Algo que McCarthy nunca logró entender fue que las ideas traspasan cualquier barrera, y que no se puede adiestrar a una población entera sobre qué o cómo pensar. Ni siquiera las dictaduras más crueles pudieron lograr tal objetivo.
martin@observadorglobal.com
En 1954, McCarthy fue censurado en el Congreso de EE.UU. por "conducta impropia de un miembro del Senado", debido a su accionar y a la manera en cómo arremetía ante los sospechosos de ser infiltrados comunistas. McCarthy continuaría en su cargo unos años más, pero moriría a la temprana edad de 48 años, víctima de cirrosis y hepatitis.
Algo que McCarthy nunca logró entender fue que las ideas traspasan cualquier barrera, y que no se puede adiestrar a una población entera sobre qué o cómo pensar. Ni siquiera las dictaduras más crueles pudieron lograr tal objetivo.
martin@observadorglobal.com
Fuente:observadorglobal
Martín Schatzky
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