Jugar bien puede ser el comienzo del conocimiento y la preparación necesaria para tareas posteriores más complejas. Sin embargo, el hecho de jugar frente a una pantalla, durante horas interminables, divide a entusiastas y detractores de los videojuegos.
En marzo, se inauguró, en Gran Bretaña, la primera clínica privada dedicada a tratar niños adictos a los videojuegos y otras tecnologías. Lo que más llama la atención no es tanto que el Reino Unido se uniera a sitios como Vietnam, Corea del Sur y China, donde miles de niños están recibiendo tratamiento, sino las palabras del psiquiatra Richard Graham, portavoz del Capio Nightingale Hospital:
"Los servicios de asistencia psicológica deben adaptarse rápidamente a los cambiantes mundos que los jóvenes habitan, y entender cuan gravemente sus vidas pueden ser afectadas por un tiempo ilimitado dedicado a una pantalla".
¿Es motivo de alarma que el acento esté puesto no ya en el mundo más o menos objetivo que debiéramos compartir todos, sino en aquellos mundos virtuales, a menudo, violentos, que parecen tener más realidad entre los jóvenes?
Habitar cambiantes mundos virtuales"Los servicios de asistencia psicológica deben adaptarse rápidamente a los cambiantes mundos que habitan los jóvenes"
Richard Graham, siquiatra
No es éste el enfoque de Gonzalo Frasca, doctor en videojuegos de la Universidad IT de Copenhague y director de Powerful Robots, una empresa con sede en Uruguay que crea videojuegos para clientes como la BBC, Disney, Pixar, Cartoon Network, y Discovery Kids“Son fobias a los nuevos medios que se han reiterado históricamente. Lo mismo ocurrió con el rock and roll y los comics. Cada par de generaciones aparecen nuevos elementos en la cultura pop y aparece una fobia, es parte de un conflicto generacional, de las generaciones más viejas que no logran entender cómo funciona la cultura joven.
"Jugar videojuegos hace trabajar muchísimo más el cerebro que mirar televisión y sin embargo, la gente se aburrió de criticar la tele y ahora critica a los videojuegos”, le dijo Frasca a BBC Mundo.
Algunos expertos han cuestionado anteriormente la realidad de la adicción a la tecnología como una enfermedad. El doctor Richard Wood, de la Universidad de Trento en Nottingham, la descartó como un mito.
"A veces se trata de gente que no tiene problemas con los videojuegos, pero que recibe una especie de etiqueta de parte de sus padres, de sus parejas o de sus amigos. Otra gente, preocupada por su relación con estos pasatiempos, terminan autodefiniéndose como adictos al videojuego".¿Adicción? Lo cierto es que la evidencia que se maneja hasta el momento es sólo anecdótica.
Lo que no amedrenta a los detractores de los videojuegos para asegurar que las largas horas que pasan los niños frente a una pantalla, en una actividad repetitiva, les impiden la creatividad y fomentan el aislamiento.
Frasca dice que todo parece ser cuestión de mesura.
“El exceso de todo es malo. Los padres que no quieren que sus hijos pasen dos horas diarias jugando a videojuegos, que no los dejen. Es decir, tener hijos implica tener que cuidarlos y brindarles atención.
"Con los videojuegos pasa lo mismo, los niños necesitan un aprendizaje. Es mucho más fácil echarle la culpa a los videojuegos que tomar el tiempo necesario para educar a un hijo".¿Aislados?Quienes acuden en busca de ayuda para sus hijos afirman que el aislamiento sostenido les hace dejar de lado su vida social y les produce una incapacidad creciente para relacionarse con otras personas. Incluso, hay quejas de empleadores que afirman que muchos jóvenes que postulan a empleos no pueden trabajar en equipo.El exceso de todo es malo. Los padres que no quieren que sus hijos pasen dos horas diarias jugando a videojuegos, que no los dejen
Gonzalo Frasca
Gonzalo Frasca afirma que tal aislamiento es sólo aparente.
“Se ve al jugador de videojuegos como una persona solitaria, sin embargo, hay muchísima colaboración online: estoy trancado en una parte del videojuego y voy y pregunto, o hablo de eso después en la escuela.
"Hace varios siglos había un señor que se pasaba encerrado en su cuarto y que se volvía loco con las novelas de caballería, que era Don Quijote.
"En aquél momento se le tenía mucho miedo a la novela porque decía que volvía loca a la gente, y con los videojuegos pasa exactamente lo mismo. Es exactamente la misma crítica: está encerrado, no tiene amigos, no sale".
Fuente:BBCMundo
"Los servicios de asistencia psicológica deben adaptarse rápidamente a los cambiantes mundos que habitan los jóvenes"
Richard Graham, siquiatra
Lo cierto es que la evidencia que se maneja hasta el momento es sólo anecdótica.
Lo que no amedrenta a los detractores de los videojuegos para asegurar que las largas horas que pasan los niños frente a una pantalla, en una actividad repetitiva, les impiden la creatividad y fomentan el aislamiento.
Frasca dice que todo parece ser cuestión de mesura.
“El exceso de todo es malo. Los padres que no quieren que sus hijos pasen dos horas diarias jugando a videojuegos, que no los dejen. Es decir, tener hijos implica tener que cuidarlos y brindarles atención.
"Con los videojuegos pasa lo mismo, los niños necesitan un aprendizaje. Es mucho más fácil echarle la culpa a los videojuegos que tomar el tiempo necesario para educar a un hijo".
¿Aislados?Quienes acuden en busca de ayuda para sus hijos afirman que el aislamiento sostenido les hace dejar de lado su vida social y les produce una incapacidad creciente para relacionarse con otras personas. Incluso, hay quejas de empleadores que afirman que muchos jóvenes que postulan a empleos no pueden trabajar en equipo.El exceso de todo es malo. Los padres que no quieren que sus hijos pasen dos horas diarias jugando a videojuegos, que no los dejen
Gonzalo Frasca
Gonzalo Frasca afirma que tal aislamiento es sólo aparente.
“Se ve al jugador de videojuegos como una persona solitaria, sin embargo, hay muchísima colaboración online: estoy trancado en una parte del videojuego y voy y pregunto, o hablo de eso después en la escuela.
"Hace varios siglos había un señor que se pasaba encerrado en su cuarto y que se volvía loco con las novelas de caballería, que era Don Quijote.
"En aquél momento se le tenía mucho miedo a la novela porque decía que volvía loca a la gente, y con los videojuegos pasa exactamente lo mismo. Es exactamente la misma crítica: está encerrado, no tiene amigos, no sale".
Fuente:BBCMundo
El exceso de todo es malo. Los padres que no quieren que sus hijos pasen dos horas diarias jugando a videojuegos, que no los dejen
Gonzalo Frasca
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