jueves, 2 de diciembre de 2010

Enigmas y Misterios

Amanda Powell era hermosa, estaba a punto de convertirse en recién casada, vestida con su elegante vestido y llena de emoción y ansiedad por intercambiar los juramentos del matrimonio con quien había sido su primer y único amor. Pero desgraciadamente, la entonces feliz mujer de 26 años, no pudo llegar al altar, ya que un monstruoso incendio la consumió junto con su hermoso vestido y sus ilusiones de amor. Esa tragedia ocurrió en el año de 1878; sin embargo, la incansable ánima de la apesadumbrada Amanda ha mantenido encantada la vieja casa victoriana en donde se supone que tendría lugar el magno evento. Warren Stanson, un notable síquico, está investigando la misteriosa historia de dolor y pena.

Hace poco tiempo tuvo que enfrentar precisamente al atormentado fantasma de Amanda, el cual sigue vistiendo su lindo vestido de boda y cargando su tocado de rosas, evocando el recuerdo triste que desde entonces no la deja descansar en paz.
UN ESPIRITU TRISTE
“Ella tiene la expresión de tristeza más patética que haya yo mirado alguna vez”, expresa Warren. “Amanda gemía suavemente mientras flotaba en el área del jardín”. “He tenido encuentros con espíritus anteriormente, pero nunca me tocó alguno que deambulara con tal tristeza. Ella se detuvo exactamente enfrente de mí, se mantuvo suspendida y empezó a sollozar. “Mientras las lágrimas fluían, el atribulado espíritu empezó a hablar. Una y otra vez ella se cuestionaba lastimeramente, “¿dónde está Joshua?, Dónde está el reverendo?, ¡debo encontrarlos para mi boda!”. “Yo me quedé paralizado, y entonces Amanda se dio la vuelta y se fue sin rumbo, como a la deriva. Su velo estaba doblado y las hombreras de su blanco vestido se veían caídas por el terrible peso de su eterna desesperación”.

MUERTE HORRIBLE

Warren estudió el asunto de la casa encantada antes de aventurarse a la investigación directa en el inmueble localizado cerca de Doncaster, Inglaterra. Gracias a eso descubrió que la novia había sufrido una muerte horrible después de que se acercó demasiado a una lámpara encendida y ésta le prendió el vestido. En cuestión de segundos la mujer se convirtió en una antorcha humana y el cuerpo completo en un infierno. La única persona en la habitación era su dama de honor, Jennifer Kennington, quien de inmediato trató de sofocar las llamas.

Sin embargo, tras sus infructuosos intentos, tuvo suerte de escapar ella misma del fuego generalizado. El novio, Joshua Hillman y dos docenas de invitados a la boda habían estado esperando en el altar erigido especialmente en los jardines que aún rodean a la vieja mansión victoriana. “Joshua tuvo que ser sujetado, pues en cuanto se percató del incendio quiso correr para rescatar a su amada”, explica Warren. “Sin embargo, ya no había oportunidad alguna de salvar a Amanda”.

“Fue sepultada dos días después vistiéndola con una réplica de lo que fue su vestido de novia. Antes de que se acabara la semana, su tumba fue encontrada abierta y vacía”. “Muchas personas culparon a Joshua de la desaparición, pero el hombre estaba destrozado y demasiado bebido como para haber hecho una cosa así. “De hecho, el hombre murió unos meses después a causa de una congestión alcohólica; no pudo reponerse nunca de la muerte de su prometida”.

ESPIRITU INOFENSIVO

El experto norteamericano en fenómenos síquicos cree que Amanda mantendrá eternamente encantada la casa. A pesar de ello señala que no hubo peligro alguno, dado que un espíritu no daña al ser humano, y las personas que han sentido mucho miedo por un espectro se debe a que éstos se aparecen repentinamente y para la gran mayoría representan lo desconocido.

Fuente: el aviso.com

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