El prestidigitador austriaco Klaus Fox hizo una prueba insólita en la ciudad de Spittal, al este de Austria. El hombre permaneció durante 24 horas sepultado en un bloque de hielo. Apodado ‘mister frío’, Fox se acostó en el féretro glaciar de dos metros de largo y 70 centímetros de ancho y pasó un día entero sin agua ni comida. Solo por caso de emergencia tenía su teléfono móvil, para poder llamar a su amiga Sabrina si sentía malestar o síntomas de congelamiento.
El experimento reunió a más de 2.500 espectadores en la localidad austriaca. Vestido de pantalón, suéter y botas, el hombre salió del bloque helado sano y salvo, sonriendo tras haber pasado allí 24 horas. No necesitó ayuda de nadie. Eso sí, al día siguiente tuvo que ir a un hospital, para ser sometido a un examen médico.
En el año 2000 el estadounidense David Blane hizo un truco parecido, pero de 60 horas de duración. A él este experimento le salió más caro: después de no haber comido ni bebido nada durante dos días y medio, el hombre se sintió mal. Unos socorristas tuvieron que aserrar su cautiverio helado y Blane salió en libertad con las piernas congeladas. Solo más tarde se informó que se encontraba estable.
En el año 2000 el estadounidense David Blane hizo un truco parecido, pero de 60 horas de duración. A él este experimento le salió más caro: después de no haber comido ni bebido nada durante dos días y medio, el hombre se sintió mal. Unos socorristas tuvieron que aserrar su cautiverio helado y Blane salió en libertad con las piernas congeladas. Solo más tarde se informó que se encontraba estable.
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